El mármol, la piedra del arte

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Ese material tan codiciado como venerado desde hace siglos. Un material cuya elegancia y belleza, son simplemente dos de sus virtudes, porque tener, tiene muchas más.

Es precisamente ese amplio abanico de virtudes lo que ha hecho que el mármol sea un material legendario desde hace siglos, siendo el arte mismo, una de sus áreas fértiles.

Esa belleza natural que tiene en su esencia, la durabilidad de su composición y la versatilidad, son tres de las cosas que lo han convertido en una elección predilecta para escultores y arquitectos de todo el mundo y de todas las culturas. Desde los templos griegos que todos tenemos en mente hasta los palacios renacentistas o los modernos interiores del lujo que hoy, tienen muchos hogares, hoteles o comercios.

Orígenes y características del mármol

El mármol como tal, es una roca metamórfica que se ha formado mediante la recristalización de la caliza. Su composición como tal, es carbonato de calcio. Este es precisamente el que le da ese aspecto cristalino tan bonito y diferente.

Gracias a su diversidad de colores y sus vetas, podemos encontrarlo en tonos que van desde el blanco al gris, pasando por el verde, el rosa o el negro.

Esta piedra se encuentra en distintas partes del mundo, siendo Italia, España, Grecia, Turquía y Brasil algunos de los principales productores de todo el mundo. Entre los mármoles más famosos podemos destacar el mármol de Carrara, con ese tono blanco de vetas grises que se usaba en la escultura renacentista de la época. El mármol negro Marquina, tampoco puede faltar ya que es símbolo de elegancia y sofisticación pura.

Arquitectura clásica: Grecia y Roma

Desde la antigüedad, el mármol ha sido sinónimo de grandeza y de lujo. Su blancura, resistencia y capacidad para pulirse lo convirtieron en símbolo de perfección. De hecho, mentalmente asociamos el mármol inconscientemente a este período como símbolo de grandeza.

En la Grecia más antigua, el material se usó para construir edificios religiosos y civiles, y como no para tallar arte esculturas y relieves. Un ejemplo es el archiconocido Partenón de Atenas – en la Acrópolis -, que fue construido con un mármol muy especial, el mármol pentélico, famoso por su color blanco brillante que adquiere un tono dorado con la luz del sol. Digno, nunca mejor dicho, de auténticos dioses.

Algunos de otros ejemplos más destacados del uso del mármol en la Antigua Grecia son: el Templo de Zeus Olímpico en Atenas, el Erecteion también en la Acrópolis, el Templo de Apolo en Delfos, el Teatro de Epidauro, y esculturas emblemáticas como el Discóbolo, el Hermes de Praxíteles y la Venus de Milo.

En la antigua Roma (República e imperio), los romanos asimilaron y siguieron con esta tradición perfeccionando todavía más la técnica de extracción, así como el uso del mármol dentro de la arquitectura; utilizaron el mármol de forma extensiva en sus construcciones más emblemáticas, tanto por su belleza como por su durabilidad. Se usó extensamente para la piedra en columnas, los suelos y las estatuas.

Desde templos, basílicas, teatros, baños públicos: el Panteón de Agripa, Foro de Trajano, Domus Aurea de Nerón, Teatro de Marcelo, el Coliseo, la Basílica de Majencio y Constantino, Templo de Apolo Palatino y un largo etc.

El mármol en el Renacimiento y el Barroco

En esta época, el mármol se convirtió en símbolo de lo clásico y del arte. Artistas como Miguel Ángel lo usaron para obras como el gran David, una escultura clásica que demuestra cómo este material puede dotarse de pura vida.

En la arquitectura, el mármol se h usado mucho en s la construcción de iglesias, palacios y monumentos. Un ejemplo es la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

En el periodo Barroco, el mármol continuó siendo “el elegido” para adornos ornamentados. El Palacio de Versalles, en Francia, es un claro ejemplo de ello, con su famosa Galería de los Espejos, donde el mármol contrasta con los dorados y los espejos. Pura magia.

En la actualidad, el mármol se utiliza en rascacielos, hoteles de lujo y viviendas de alta gama. En Marmolux sabemos y apreciamos el don de este material mejor que nadie. Porque nosotros, en nuestro siglo, queremos inspirarnos en esos grandes maestros para darle la vida que hoy también merece.

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